
El viento del oeste. El rojo de los fresnos. Un largo atardecer.
Y un pájaro rozando la piel del horizonte quieto.
Amigo mío: ya estás aquí, haciendo un alto en tu camino circular; recorriendo tranquilo el tibio espiral del aire; invitando suavemente a tu apacible letargo.
Te miro con ojos de abril y descubro una hojarazca púrpura en el poniente.
En la montaña, las lengas y los ñires se funden en la misma luz crepuscular.
Contemplar, es el mensaje...
Como es afuera, es en el pensamiento.
1 comentario:
Mencantó, Marie! Sabes que yo tambien amo el otoño.
Qué lindo que postees mas seguido!
:p
:D
;)
MAÑANA ES MI CUMPLE! Alegría!!!!!!!!1
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